Manual del referéndum
El cambio que implica la evolución desde una Democracia Representativa hasta una Democracia Plena no será muy diferente de otras muchas revoluciones acaecidas durante los siglos XIX y XX, y podemos asegurar, tal y como ocurrió en muchas de ellas, que no hará falta recurrir a ningún tipo de violencia para obtener el fin propuesto:
“Que el Derecho a Decidir se reconozca como un derecho humano, universal, individual e inalienable en todas las Constituciones del mundo”.
Seriamos muy tontos si pensáramos que la Legalidad Constitucional con la que se tutela a los ciudadanos, no va a recurrir a todos los medios a su alcance, incluido el uso de la violencia, para impedirles a los ciudadanos tomar por si mismos cualquier tipo de decisión pública. Siempre, quienes ejercen el poder han reaccionado haciendo uso de la violencia para evitar perderlo, y esta vez no será diferente.
Es muy claro que, aunque nosotros renunciamos al uso de cualquier tipo de violencia, los que ejercen el poder no van a tener ningún reparo en usarla para impedir la cesión del Poder Público a los ciudadanos que implica la Democracia Plena. Pensar de otra manera seria, no solo sería estúpido, sino que sobre todo sería negligente.
Para ganar esta guerra es muy importante tener muy claro que no hay que recurrir nunca a ningún tipo de violencia, porque será acusándonos de violentos como justificaran la violencia que van a emplear contra los ciudadanos en su desesperado intento de evitar se reconozca y que se ejerza el Derecho Humano más básico que existe: «El Derecho a Decidir».
En cualquier páis, no solo en España, los ataques vendrán siempre desde el mismo lado, desde el Tribunal Constitucional. Es siempre esta institución la encargada de proteger el poder vigente respaldada por el «Principio de Legalidad», y será de ella de la que surgirá la violencia institucional con la que se va a intentar impedir realizar cualquier tipo de referéndums. Dependiendo de cada país, la violencia tendrá matices y será diferente, pero debe de quedar muy claro que nunca se recurrirá a ningún tipo de violencia para defendernos de la violencia institucional.
En España, sin duda, los ataques vendrán desde las instituciones con las que se protege a la Monarquía Constitucional, “El Tribunal Constitucional” y el “Tribunal Supremo”. Por ello, es importante evitar distracciones y concentrar todos los esfuerzos en lo que vale la pena, que será de dotar de «legitimidad» a la convocatoria de los referéndums.
Lo que se cuenta en el «Manual del Referéndum» son las reglas que se deben seguir para convocar cualquier referéndum. Desde el nivel más bajo de organización, el nivel municipal, hasta el nivel más complejo, el nivel europeo, los referéndum deberán hacerse de la misma manera y deberán estar atestiguados con las mismas exigencias y requisitos de transparencia. Las reglas que se exponen en el documento podrán modificarse si se cree necesario, pero deberán seguirse rigurosamente mientras tal cambio no se realice.
Lo importante es garantizar la «legitimidad» de cada uno de los referéndum que se convoquen, y para ello es imprescindible seguir estrictamente las reglas.